Un irrigador dental o irrigador bucal es un dispositivo que expulsa un chorro de agua para que pase entre tus dientes y encías y así eliminar placa dental, bacterias y restos de comida que puedan quedar incrustados.
Un irrigador dental está diseñado para que mediante un chorro de agua elimine restos de comida, placa dental y bacterias de los espacios interdentales, las encías y aquellas zonas poco accesibles para un cepillado e hilo dental.
El irrigador dental puede ser usado tras cada cepillado, en un periodo de tiempo de 5 minutos como máximo. Es importante no volver a usar el irrigador dental sin dejar al menos pasar un intervalo de 2h.
Los irrigadores dentales al llegar a zonas bucales mucho más difíciles, reducen la placa mucho más que los hilos dentales. Por lo que un irrigador es más eficaz que el hilo dental o un simple cepillado.